9094-prologue
Y ENTONCES, ELLA RENACIÓ..
De vez en cuando, tengo este sueño—
Me encuentro fuera de un aula de clases en Japón, en
una escuela en la que nunca he estado.
A mi derecha está la puerta de esa aula donde todos
los presentes llevan diferentes uniformes. Hay estudiantes
con chaquetas, suéteres, trajes de marinero; aunque los
estilos de ropa varíen, por alguna razón, ninguno se siente
fuera de lugar para mí.
Y cuando entro en el aula-—todos dejan de hablar y
me miran…
Pero nadie se pone en guardia. En su lugar, me
reciben con sonrisas amigables, mientras hablan de cosas sin
importancia. Todo es tan cálido aquí, y la carencia de
conflicto es tal que todos son libres para gastar su tiempo
como mejor les plazca.
Me llevo bien con todos en general: sin embargo, solo
existe una persona a la que puedo llamar “mi mejor amiga”.
Somos muy unidas.
No hay secretos entre nosotras dos. Verla sonreír es
todo lo que necesito para sentirme feliz. Si yo soy feliz,
entonces ella también lo es. Conozco su trágico pasado, y es
porque ella comprende mis más profundas aflicciones que
podemos compartir este vínculo.
En esa aula, platico con mi mejor amiga de nada en
particular, mientras esperamos a que comience la clase..
Dada mi posición, es un sueño indecente, y nunca
podría discutirlo con nadie—
Pero es un sueño que tengo de vez en cuando
¿Imaginas lo desafortunado que sería ser
transportado a otro mundo para acabar siendo
abandonado a tu suerte-—?
—¡¡¿POR QUÉ TENGO QUE SOPORTAR TODO
ESTO…?!!
Pues pregúntaselo a Mitsuki, quien estallo en rabia
luego de pasar toda la noche bajo un puente.
Momentos después de haberse probado su viejo
uniforme de preparatoria en una picazón de nostalgia, fue
transportado lejos de su hogar, a lo que compadeció frente
a una audiencia dónde el tipo que parecía ser el rey ordenó
a sus caballeros que lo echarán a patadas, sin más
explicaciones que un seco:
—Sí… No necesitamos a este.
Esa es la trágica historia de cómo acabo en la
indigencia.
Ya había pasado un día desde que fue convocado a
este mundo.
—No puedo creer que ese rey… ¡Al menos pudo
haberme tirado unas monedas! ¡ME MUERO DE HAMBRE…!
—Lloriqueó a un lado del arroyo mientras balbuceaba en
posición fetal.
Después de pasar una noche sin hogar, la realidad
se acento profundamente en sus huesos.
En su mundo, él había estado viviendo como un
hikkikomori, deprimido por su estúpida suerte luego de
perderse todos los exámenes de ingreso al instituto por
culpa de una pandemia que le obligó a tomarse un año
sabático involuntario. Y como era de esperarse, carecía de
la iniciativa e imaginación para resolver su actual
predicamento por sí mismo.
El estómago de Mitsuki gruñía, pero no tenía forma
de alimentarse.
«¿…Me voy a morir de hambre en medio de una
ciudad?»
El hambre y los pensamientos sobre el peor de los
escenarios mandaron escalofríos por su espina dorsal.
—…Me niego. ¡Si así es como serán las cosas,
entonces tendré que robar…!
Y mientras la desesperación nublaba su juicio,
buscó en su cabeza una nueva forma de sobrevivir.
—¿Robo menor, huh…? Si me atrapan, la policía se
pondría en contacto con mis padres… Espera, no. ¡Eso no,
idiota! ¡OJALÁ FUERA ASÍ!
—Ey, tú. Loco del puente-—
—Este es un mundo totalmente diferente. Si las
leyes y las costumbres no son las mismas que en Japón,
podría ser peligroso cometer un crimen…
—Estoy hablado contigo. ¡Hey! ¿Holaaaaa?
—¿Pero acaso tengo otra opción…? ¡Maldita sea!
¡Odio este lugar! ¡¿Por qué siempre tienen que pasarme
cosas malas-—?!
—¡Perdona! ¡¿PUEDES OÍRME?!
—¡¡¡Oh, uh, SÍ!!! ¡¡NO HAY NADA QUE VER AQUÍ,
OFICIAL!! —Espetó Mitsuki por los nervios, con su
conciencia prácticamente saltando fuera de su piel.
Se dio la vuelta, encontrándose cara a cara con una
joven despampanante.
—…Mis ojos están aquí, ¿sabes?
Y ciertamente no se trataba de una alucinación muy
complaciente.
Ella tenía la mirada fija en Mitsuki, vigilándolo
exageradamente con un poco de sospecha.
Había algo de madurez en ella, pero Mitsuki
concluyó que debería tener más o menos su edad, si no es
que era un poco menor. Su cabello castaño claro era de un
finísimo color pardo lechoso, como si a una taza de leche le
hubiera caído una gota de café; y estaba recogido en una
cola de caballo con una gran cinta negra.
—No sé qué estás tramando, pero no te llamaré la
atención si no haces nada raro. Nuestro Señor es generoso.
¡Con certeza, puedes cerciorarte de que yo actúo con la
mano suelta de una sacerdotisa!
Ahora que lo mencionaba, ella llevaba un atuendo
clerical y unas voluminosas Escrituras en la mano
izquierda. En general, sus ropas color índigo producían una
impresión imponente, pero por alguna razón, la abertura de
su falda le llegaba hasta el muslo derecho.
—Así que… ¿Estoy en lo cierto si asumo que eres el
desagradable vago que ha estado durmiendo bajo un
puente?
—¿Vago? Ouch… Pero sí, supongo que soy ese…
—Eso pensé. Hemos recibido reportes de los
buenos ciudadanos Comunes. Han pedido que hagamos
algo con “el vagabundo que no para de llorar borracho bajo
el puente”.
Mitsuki no pudo evitar mirar al cielo.
Justo cuando pensaba que por fin se le había
acercado una preciosa chica en este mundo de fantasía…
—Este mundo alternativo apesta… Por un demonio.
¿Qué he hecho para merecer esto-—?
—¿Qué pasa? Ya has llorado toda la noche. ¿Por qué
parece que estás a punto de romper en llanto otra vez?
Alguien tiene mucha sal y agua de sobra en su organismo.
¿Acaso sucedió algo terrible?
—Pues claro. No tengo dinero.
Mitsuki no vio el punto en intentar ocultarlo.
Por supuesto, había muchas otras razones para su
angustia, pero la falta total de sustento fue lo primero que
le vino a la mente.
—Uh~huh. ¿Sin dinero? Apuesto a que te estafaron
los ahorros de toda tu vida en cuanto ingresaste a la ciudad
porque tenías la cabeza en las nubes. ¿Por qué no vuelves a
casa con tus padres? ¿No tienes algún conocido con quién
puedas quedarte?
—Me encantaría ir a casa… Si tan sólo tuviera una a
dónde ir. No conozco a nadie aquí.
—¿Huh? Así que tienes conocidos tampoco… —
Asintió para sí misma, sacando conclusiones.
Sus rasgos faciales eran engañosamente maduros
para todas las expresiones animadas que hacía. Ya sea
intencionada o accidentalmente, sus comentarios siempre
parecían ir directo al núcleo del asunto.
—Sin hogar, sin dinero y sin ningún lugar adonde
ir… ¡Ya sé! ¿Por qué no te quedas conmigo?
—¿Qué? ¿Por qué? —Permaneció cauteloso.
—¿No te das cuenta por mi ropa? —Ella
deliberadamente sacudió el dobladillo de su túnica de
sacerdotisa.
La audaz hendidura de su falda dejaba al
descubierto su pierna derecha y unas botas de cordones.
Mitsuki también vislumbró una liga de cuero enrollada
alrededor de su muslo, lo que supuso una experiencia casi
fatal para el precoz muchacho.
—Soy una sacerdotisa de Las Fausto, el primer
estado. Me llamo Menou. ¿No es el deber de los del clero
ofrecer una mano amistosa a las personas en necesidad?
Está chica-—Menou, se echó la cola de caballo hacia
atrás con orgullo.
…Pero eso significaba poco para Mitsuki, que no
sabía nada de este mundo.
—¿…Es así como trabajan?
—Uh~huh. ¿Tienes algún tipo de identificación?
Aunque nosotros seamos aliadas de Los Comunes, no se nos
puede ver tendiéndole una mano a los criminales. No
podremos acogerte si no puedes demostrar quién eres y de
dónde vienes.
—um… ¿Provengo de otro mundo?
Mitsuki estaba seguro de que ella dudaría de su
cordura, pero se encontraba tan exhausto que ya no le
quedaban energías ni para ocultarlo-—
No obstante, los ojos de la chica se abrieron de par
en par, sorprendidos.
—Oh. Así que eres un Errante.
—¿Un qué?
Mitsuki se sintió medio aliviado y medio
sorprendido de que ella aceptara su explicación con tanta
facilidad.
—Un término general con el que nos referimos a las
personas que se tropiezan en este mundo. Dicen venir de
algún país llamado ‘Japón’ en la ‘Tierra’ o algo así… Hmm…
Ahora que lo mencionas, vas vestido de una manera
extraña. —Ella examino su uniforme, asintiendo para sí
misma— No me extraña que no tengas a dónde ir. Pero no
tienes por qué preocuparte. ¡Cuidar de los corderos
perdidos también es parte de nuestras obligaciones!
—¡¿De verdad?! ¡Dinero, por favor!
—¿Perdón? Tampoco sueñes, vago —sonrió de
forma jocosa, aunque pudo ver por su voz que no cedería ni
una pulgada.
Mitsuki agachó la cabeza.
—Pero puedo conseguirte un trabajo para mañana.
Alguno que no requiera demasiada fuerza.
—¿Qué…? ¿No aceptan a las personas gratis?
—“El que no trabaja, no come”. ¿Lo has oído? Es una
pepita de sabiduría en la forma de un antiguo proverbio.
—Ugh…
Mitsuki entonces caminó penosamente tras Menou,
mirándose absolutamente derrotado.
¿Ya para que levantar la guardia?
Aunque acababan de conocerse, ella era la única
ancla a la deriva.
—Mmm… Me pregunto para qué puesto serias
adecuado. Siempre hay demanda para los albañiles.
—Eh, parece un mal trabajo para empezar… ¿Acaso
no hay nadie que contrate aventureros o cosas así?
—¿Hmm? Supongo que cada generación viene con
temerarios pretendiendo aventurarse en la Frontera
Salvaje, pero no puedo decir que lo recomiende, ¿sabes?
Hay una razón por la que renunciamos a establecernos allí.
Mueres si no puedes valerte por ti mismo. En todo caso, yo
diría que ese si es un lugar terrible para empezar.
«Eso significa que los aventureros son una cosa de
aquí. Adecuado para un mundo de fantasía».
Mitsuki se halló intrigado mientras Menou
continuaba su explicación.
—Ciertamente, puedes hacer una fortuna si te va
bien, pero por eso la mayoría de los aventureros son
criminales que no tienen cabida en la sociedad. Es mucho
más seguro en la ciudad, así que deberías agachar la cabeza
y trabajar en la construcción. Ah, y ya que te encontraremos
un trabajo, tendrás que donar el veinte por ciento de tus
ganancias. ¡Uff! ¡A las justas, pero podremos sobrevivir el
próximo mes!
—¿…Esto es una iglesia o alguna agencia de empleo?
Tú te llevas una gran parte de las ganancias.
—Oh, no seas avaro. A diferencia de los nobles,
nosotros no pedimos a las personas Comunes que paguen
impuestos. Apenas sobrevivimos con donaciones y
contribuciones. ¡Especialmente en los lugares más
pequeños!
A Mitsuki no le alegraron las condiciones que le
ofreció, pero comprendía muy bien la difícil situación de no
tener suficiente dinero.
—Lo entiendo… Supongo que es duro y todo.
—Siempre que comprendas… Ya es bastante duro
simplemente salir adelante. —Parecía que Menou ya tenía
cosas de las que preocuparse en su vida.
Pero a Mitsuki de pronto le llego un destello de
inspiración.
—¡Espera! ¡¿NO PUEDO SACAR PROVECHO Y
CAPITALIZAR MIS IDEAS DEL OTRO MUNDO?! ¡Cómo
enseñar a la gente está cosa nueva y loca llamada
mayonesa!
—Creo que eso podría ser difícil. La mayonesa es
deliciosa. —Menou le ofreció una sonrisa de compasión
mientras echaba por tierra sus esperanzas— Los corderos
perdidos llevan mucho tiempo viniendo a este mundo. Creo
que hemos aprendido casi todo lo que hay que saber sobre
ellos… ¿A menos que tengas algo más especializado que
ofrecer?
—Ni hablar…
Al fin y al cabo, en su mundo básicamente era un
ermitaño al que le fue negada la opción de terminar la
preparatoria. Por lo demás, se trataba de un chico común y
corriente.
Pero luego de haberse sentido tan patético bajo ese
puente la noche anterior, Mitsuki no podía soportar la idea
de quedarse atorado así.
Empezó a lamentarse de nuevo.
—Siento mucho ser un inútil… Pero por favor… No
quiero quedarme solo…
—…No te preocupes. —Menou se detuvo en seco,
girando sobre sus talones para sonreírle. —Las
sacerdotisas somos puras, propias… ¡Y muy poderosas!
Nunca abandonaríamos a una persona necesitada…
Su respuesta fue más tranquilizadora de lo que él
esperaba.
Mientras ella hinchaba el pecho, su sonrisa se sintió
más sincera y deslumbrante que cualquier otra que hubiera
visto jamás en su vida. Incluso sintió como su corazón se
aceleró de repente.
Mitsuki se rascó la mejilla e intentó sacar más
conversación. —G-Genial… Pero ahora que lo pienso, ¿por
qué me invocaron aquí en primer lugar?
—No me preguntes a mí. No tengo ni la menor idea
de lo que pasa por la cabeza de los nobles.
—¿Hay un Rey Demonio o algo así? Por lo que sé,
eso es un tropo común en este tipo de cosas.
—…Bueno, la Frontera Salvaje es vasta, pero nunca
he oído hablar de tal cosa. Con el actual orden mundial, no
ha habido guerras importantes. Doy gracias y alabanzas a
nuestro Señor, quien es grande y generoso.
«No conozco los detalles de este “orden mundial”,
pero supongo que no hay grandes batallas que se estén
librando en este momento».
—¿Podría ser que el rey este tramando algo? Quizás
está alistando a jóvenes de otros mundos para declarar una
guerra contra algo más grande.
—Creo que estás alucinando demasiado… Bueno,
tomaré notas para mí reporte. Dejaré los asuntos de La
Nobleza a los altos mandos de Las Fausto. Yo tengo mi
propia misión honorable: ayudar a la basura de la sociedad
como tú.
—Jeje. Supongo que no eres nadie importante si
tienes que encargarte de sujetos como yo.
—Puede ser. Aunque como el vago que eres, podría
abandonarte aquí justo ahora-—
—¡Oh, santificada sea Menou! ¡Sé que eres benévola
de corazón! ¡Por favor ten piedad de mí!
—Así me gusta. —Menou asintió satisfecha.
Luego, hizo una declaración llamativa:
—Si eres un Errante, debes tener algún tipo de
habilidad especial, así que intentemos pensar en algún
trabajo para ti en donde puedas hacer uso de ella. Porque
para ser honesta, recomendé la construcción, pero… —
Evaluó su físico, frunciendo el ceño— Eres tan delgado y
pálido… Mi imagen se vería manchada si terminaras
desmayándote en el trabajo.
—¡Cállate!
«¡Puede que no tenga mucha confianza en mis
músculos, pero no hace falta que lo menciones!»
Que un hombre joven sea llamado débil por una
chica sexi puede ser duro, hasta para un sinvergüenza como
Mitsuki.
—Ya~ ya~. Eres un muchacho fornido. ¿Sabes qué
habilidad tienes?
—Huh…
Habían mencionado algo sobre habilidades
especiales en el castillo donde fue invocado Mitsuki, pero
recordar los acontecimientos le dejo un pésimo sabor de
boca.
—No tengo ninguna. Dijeron… Que mi poder es
nulo.
—¿…Qué? —Menou se congelo— Así no funciona.
Por solo un instante, ella se quedó inmóvil, pero
había algo diferente en su voz cuando empezó a moverse de
nuevo. Parecía que Mitsuki no había estado a la altura de
sus expectativas, y no podía ocultar su decepción.
—Eso es lo que me dijeron.
—De acuerdo… ¿Pero te hicieron pruebas?
—Sí, lo miraron en una bola de cristal. Y
aparentemente les salió que mi poder era cero.
Menou bajó la mirada, murmurando algo para sí
misma. —¿Una bola de cristal que mide las habilidades…? Si
puede identificar… El tipo de pureza… ¿De dónde sacaron
algo de la antigua-—?
—¿Qué?
—…No es nada. Es extraño que te echaran a patadas
cuando fueron ellos mismos los que te invocaron. ¿Estás
seguro de que no hiciste algo que les ofendiera?
—Ni siquiera me dieron tiempo de abrir la boca.
¿Quizás sólo necesitaban a la otra invocaron conmigo?
Los ojos de Menou se abrieron de golpe.
—¿…Otra?
—Sí… Una chica bastante guapa… ¡Es que sus tetas
eran-—!
—¿Descubrieron su habilidad?
—Ni idea.
La expulsión de Mitsuki fue una cosa de itso-facto.
Ocurrió tan rápido que sospechó que intentaban ocultarle a
la chica, pero es que era la primera vez en su vida que la
había visto.
—Pero apostaría a que debe tener una habilidad
locamente poderosa.
—¿Oh? ¿Y por qué piensas eso?
—Así funcionan estas cosas. Ella debe ser la
protagonista.
Por la forma en que sonaba Mitsuki, parecía estar
un poco celoso de la chica que se quedó. Para matar el
tiempo durante su año libre, había devorado Wed Novels
que a menudo presentaban este tipo de trama, por lo que
estaba convencido de que ese era el caso.
—¿Eso piensas? Sigo pensando que tú también
debes tener una habilidad especial.
—…Déjalo. Te digo que soy un inútil.
No pudo evitar chasquearle la lengua a Menou y a
sus palabras de consuelo. Acababa de ser traicionado por
sus invocadores. Le resultaba difícil siquiera considerar la
posibilidad de satisfacer las expectativas de alguien.
Mientras Mitsuki se enfadaba, Menou lo miro a lo
lejos.
—De hecho, debes tenerla —murmuró de un modo
que sonaba siniestro—. De lo contrario, la iglesia podría-—
—Entonces Menou se detuvo.
Parece que habían llegado a su destino.
—Aquí es. Yo dirijo esta iglesia.
—¿Hmm? U-Ugh… ¿En serio?
—En serio.
Estampando una sonrisa falsa en su rostro, Menou
presionó su mano contra la puerta principal, que se abrió
con un chirrido oxidado.
Nada bueno podía salir de esa iglesia. La entrada
estaba destartalada, el jardín invadido por una jungla de
malas hiervas, e incluso notó que faltaba una bisagra en la
puerta cuando entraron.
—Uh… ¿Realmente hay personas que viven aquí…?
Porque es una buena broma… Quiero decir, parece como si
alguien hubiera intentado arreglar unas ruinas antiguas.
—Bueno, ya sabes lo que dicen; en la necesidad no
se puede elegir.
—Hombre, todo en este mundo es una mierda.
Como Mitsuki ya lo había sospechado debido a sus
intercambios anteriores, no se sorprendió cuando Menou
demostró estar igual de arruinada. El interior de la iglesia
se encontraba en un estado tan terrible que hacía que su
actitud alegre fuera casi deprimente.
—Vamos. Hay muchas habitaciones. Eres
bienvenido a quedarte el tiempo que quieras.
—¿Es segura…? No quiero despertarme por la
mañana enterrado vivo bajo un montón de escombros.
—Oh, es perfectamente seguro.
Mitsuki observó con nerviosismo las grietas de las
paredes, provocadas presumiblemente por el desgaste de
los años. Sin embargo, Menou lucía una sonrisa
sospechosamente brillante.
—Mientras sus residentes tengan fe, la Santa Iglesia
nunca se derrumbará. Quiero decir, mira el capítulo dos,
versículo cinco: «Regocíjate, porque el muro que rodea a un
piadoso rebaño de ovejas nunca se derrumbará». ¿Ves? ¡No
hay manera de que esto se derrumbe!
—Eso suena como un vaticinio perfecto… Pero
deberías pedir a algunos trabajadores de la construcción
que vengan aquí antes de contratarlos tú mismo. Creo que
estaba más seguro pasando la noche bajo el puente-—
—¡¡YA TE HE DICHO QUE NO TENGO DINERO!! —
Menou hizo una pequeña rabieta.
El lamentable estado de la iglesia parecía ser un
tema delicado para ella. Se puso furiosa y empezó a
señalarlo con el dedo.
—¡Escúchate, llorando todo el día porque te
saltaste un par de comidas! ¡¡PUES ESO NO ES NADA!!
¡Intenta vivir con unos pocos granos de sal durante una
semana! ¡Entonces sabrás realmente el verdadero
significado del hambre! ¿Arreglar la iglesia? ¡Si tuviera
dinero, daría prioridad a alimentar a los pobres diablos que
tienen que alimentarse con sal!
A juzgar por las lágrimas en sus ojos, obviamente se
refería a ella misma.
—¡Okay! ¡¡OKAY!! ¡Lo siento! Me equivoqué. ¡Vamos
a calmarnos! ¿De acuerdo?
Menou detuvo su sollozo y se sonó la nariz.
—Si lo sientes, entonces prueba tus habilidades…
No te preocupes. Un cordero perdido debería ser capaz de
usar de forma intuitiva la Fuerza Guía.
—Vale… pero no servirá… ¿y qué es eso?
—¡Cállate e inténtalo!
Ella seguía en su modo berrinche.
—¡Si eres un Errante, lo único que necesitas es
concentrarte! Utiliza tus poderes superfuertes para hacerle
cosas a esa estatua de ahí o algo así. ¡De todas formas está
condenada a ir a la casa de empeños!
—Espera, ¿qué? ¿Casa de empeño? ¿No eres una
mujer santa?
Eso parecía totalmente inapropiado para una
sacerdotisa, pero Mitsuki podía entender que estar sin un
centavo le hacía todo tipo de cosas a la mente. No quiso
insistir en el tema por miedo a hacerla sentir peor.
Mitsuki ni siquiera había oído hablar de esa Fuerza
Guía, pero hizo lo que le dijeron y se concentró. Para su
sorpresa, encontró un poder en su interior que le vino de
forma tan natural que no supo por qué no lo había notado
antes.
Fuerza Guía: Conectar—
Confundido por la misteriosa sensación, Mitsuki
trató de extraerla hacia afuera desde su interior.
Él se concentró en la estatua, y una débil
fosforescencia irradió de su cuerpo y envolvió su figura.
Y de repente-—un anhelo irresistible germino de su
alma.
S?T?¡?K???Pureza Conceptual [Nulo]—
El poder que sintió dentro de su cuerpo emergió
guiado por la conciencia de Mitsuki, conectándolo con la
energía del mundo bajo el límite de una idea. Y
eventualmente, un pedazo del mundo hallo su lugar dentro
de él.
Conjurar [Eliminación]
Durante un instante, sintió una incomodidad y un
disgusto indescriptibles. Y entonces jadeó, volviendo a sus
sentidos.
La estatua había desaparecido.
—Ya… ya no está ahí —dijo Mitsuki-—casi
reprimiendo su risa.
Comprendió de forma instintiva que el objeto
desaparecido literalmente había sido reducido a la nada.
—Esto es una locura… Apuesto a que ahora sí
podría romperla como un aventurero, ¿no?
Menou mencionó que esa profesión era un trabajo
peligroso, pero la forja en que lo describió seguía sonando
extrañamos gratificante si contabas con las agallas. Mitsuki
sabía que podría contribuir más a esta iglesia en ruinas
como aventurero que como trabajador de la construcción.
—…Es cierto. Una habilidad como la tuya
ciertamente podría ser bastante destructiva.
—¿Cierto?
Menou se mantuvo detrás de él. ¿Quizás todavía
tenía miedo de su nueva habilidad?
Por primera vez desde que llegó, Mitsuki empezaba
a sentirse con esperanzas. Con esto, seguramente podría
darle una lección al rey; de hecho, si se volvían a encontrar-
—Mitsuki lo eliminaría por completo.
—Y la Fuerza Guía puede hacer que todo tu cuerpo
sea más fuerte de forma temporal. Si aprendes a
controlarla, podrías lograr hazañas inimaginables.
—¡GENIAL…! —Él estaba emocionado.
De pie, detrás de él, Menou utilizó la energía para
aumentar su propia fuerza—en una técnica conocida como
Incremento Guía, en la que el usuario extrae el poder de su
alma para fortalecer su carne a voluntad.
Con su cuerpo bañado en el brillo fosforescente—
Luz Guía—, la cual indicaba la activación del Incremento
Guía, Menou introdujo su mano en la abertura de su falda.
Aunque podía parecer provocativa, está tenía una función.
—Esto por fin empieza a sentirse como una fantasía
de verdad. ¡Eliminaré todo lo que se interponga en mi
camino!
—Sí, estoy segura que sí.
Menou sonrió y asintió mientras Mitsuki,
temblando de emoción, apretaba sus puños.
Su futuro comenzaba a verse brillante. «Sólo tengo
que Nulificar todo lo que intente detenerme o sea un
estorbo».
Entre los que deambulan por los rincones oscuros
de este mundo sin esperanza, el poder que acaba de ejercer
Mitsuki es conocido como “Pureza Conceptual”.
—¡Ja, ja! ¡QUIÉN DIRÍA QUE ESOS IMBÉCILES
DESPRECIARON POR ERROR A UN TIPO CON EL PODER DE
REDUCIR TODO A LA NADA! ¡Es tan ridículo!
—Bueno, todo eso es debido a mis consejos.
Deberías agradecerme.
—¡Sí, es cierto!
Al fin y al cabo, se lo debía todo a Menou. Si ella no
se lo hubiera contado, podría haber muerto en alguna zanja
antes de darse cuenta de esta habilidad.
Menou era una aliada. No había necesidad de usar
sus poderes contra ella.
Con gratitud y esperanza en el futuro, Mitsuki se
giró hacia Menou con una sonrisa…
—Okay, Menou. Preséntame a tus contactos para
que pueda convertirme en un aventu-—
…Y su sonrisa se congeló en el momento en que una
daga le atravesó la sien.
—¿Hbuh?
Un sonido inhumano salió de los labios de Mitsuki.
El sonido y la imagen eran tan tocas que cualquiera sentiría
un mareo repentino solo de verlo.
La hoja destrozó la parte más fina de su cráneo,
perforando su cerebro. Es increíble que no muriera al
instante. Como un televisor dado las últimas, Mitsuki sintió
como si su conciencia titulará, y alcanzó a ver una última
residual antes de caer al suelo.
Fue Menou.
—¿Por… qué…?
Se dio cuenta que moriría en cuestión de segundos.
E inundado por la desesperación, ¡el poder emano
violentamente de su interior!
Fuerza Guía: Conectar—S?T?¡?K???Pureza
Conceptual [Nulo]—Conjurar [Que no pued~ estar pasando
~~ pue~~ mor~~ así ~~iminare tod~ este mun~~ Me sen~~~
un poco m~mejor-—¡COMO PUDIST~ MENOU-—!]
—¡Ah!
Menou se puso pálida, sintiendo que algo irregular
estaba siendo conjurado por el chico moribundo. La energía
que brotó del alma de Mitsuki le cosquilleo la piel.
Entonces ella se lanzó a un lado para esquivar,
tumbándose sobre el suelo.
No hubo ningún estruendo, ni ningún sonido que
indicara destrucción. De hecho, fue tan silencioso que uno
podría pensar que no había sucedido nada.
Pero cuando Menou se levantó, sintió una suave
brisa-—sintió la luz diurna de la tarde sobre su piel.
A pesar de que se encontraban en el interior de una
iglesia.
—…Debería haber esperado esto de un Errante.
Habiendo esquivado por poco el encantamiento
que el chico desató con su último aliento, Menou se quedó
desplomada sobre el suelo.
La parte de la iglesia en la que había estado hace
solo unos momentos desapareció sin dejar rastro—desde
el suelo hasta la pared e incluso el techo.
Ningún sonido se escuchó cuando el concepto de lo
Nulo fue manifestado. El borde alrededor del área
desaparecida era aterradoramente liso.
—Es impresionante que no hayas muerto de
inmediato… ¿Inútil? Señor, eras una auténtica bestia como
pocas en la historia, incluso entre aquellos con la capacidad
de ejercer una Pureza Conceptual…
Ella se levantó y se acercó con cautela al chico. Le
movió la cabeza para confirmar que estaba muerto. La
puñalada tuvo una precisión quirúrgica.
—¿Me preguntaste porque…?
Comprobó sus pupilas en busca de alguna reacción.
—…Tampoco fuiste un imbécil. Te diste cuenta de
que está iglesia había estado abandonada desde hace años.
Solo conseguí que me siguieras la corriente porque
cualquiera mordería el anzuelo tras un día de ser
abandonado en un mundo que no es suyo.
Ella ya no demostraba ninguna de las
características animosas que había expresado antes.
Solo habló con un tono tranquilo y cansada, el cual
encajaba mejor con sus rasgos maduros y tez pálida.
—Tenía que conocer tu habilidad antes de matarte,
así que busque el modo más óptimo de interrogarte sin
levantar sospechas.
No hay señales de movimiento en sus pupilas,
respiración o pulso. Ningún signo de vida.
El chico en el suelo definitivamente estaba muerto.
—Después de todo, a veces sus habilidades
dificultan matarlos.
El poder de este chico era la Pureza Conceptual de
lo Nulo.
Como su nombre lo indica, parece que podía reducir
cualquier cosa a la nada. Si el usuario crecía y profundizaba
su comprensión de la Pureza Conceptual, probablemente
hubiera podido anular el concepto de la muerte ligada a su
cuerpo.
—Recibimos información de que los miembros más
prominentes de La Nobleza de esta nación estaban
planeando invocar a un Errante al rastrear los rastros de
una ceremonia de invocación en la vena astral. Por eso
enviaron a alguien como yo para que se encargará de ti.
En un inicio había planeado infiltrarse en el castillo,
pero cuando vio salir primero a un joven con chaqueta de
instituto, sospechó que podría ser una trampa. Ella lo
monitoreo durante toda la noche antes de establecer
contacto. Luego lo atrajo a la iglesia, su base de operaciones,
y evaluó sus habilidades a través de su conversación.
No había necesidad de una mayor interacción una
vez hecho.
En todo caso, sería una tontería darle el tiempo para
concebir lo aterrador de sus habilidades. Tan pronto como
las confirmó, vio necesario deshacerse de él de inmediato.
Desde el principio, se había acercado con la
intención de matarlo.
—…No has hecho nada malo.
Tras confirmar que estaba muerto, Menou le cerró
delicadamente los párpados.
—Esto no fue tu culpa. No has hecho nada que
merezca la muerte. Yo soy la villana y tú eres la víctima.
El chico que hace unos instantes sonreía a un futuro
con esperanza no volvería a levantarse. Menou le había
quitado eso.
—El problema es…
Aunque sabía que había hecho algo imperdonable,
Menou lo trató con el mayor respeto que pudo; como si
ofreciera sus condolencias a una víctima.
—…La «Espada de Sal» que hundió al continente
occidental en lo profundo del mar; el «Pandemónium» que
devoró el archipiélago del sur; la «Sociedad Mecánica»
estacionada en la Frontera Salvaje en el este; y el
«Crepúsculo Estelar» que dividió el centro del continente
del norte y dejo a sus habitantes a la deriva…
Cada uno de estos títulos correspondía a los restos
de desastres legendarios que asolaron el mundo.
Esas cuatro calamidades fueron provocadas por
fuerzas más allá de la comprensión. Las enormes cicatrices
dejadas a través de los continentes eran tan catastróficas
que a mil años de la debacle seguían importunando a los
habitantes de este mundo. Y aunque los fenómenos que
causaron cada uno de estos desastres eran de naturaleza
diferente, todos compartían un mismo origen.
Todos son el resultado de un Error Humano…
—…Los Errantes simplemente han causado
demasiado daño. —Explicó a la víctima, las respuestas que
no podía oír.
Errantes.
Aunque algunos los veían como herramientas
potenciales, sus poderes los hacían tan inestables que lo
más sensato era simplemente eliminarlos.
La mayoría llegaba a este mundo de forma natural,
pero Menou sentía una especial lástima y rabia por aquellos
como Mitsuki que sufrían el destino de verse envueltos en
las luchas de poder de un mundo que no era suyo. Sin
embargo, ella nunca dejaría que sus emociones le
impidieran completar una misión.
Hacía tiempo había determinado que debía asumir
el rol de una villana.
Por eso, aunque fingió ser amigable para acercarse
al chico, nunca le pregunto su nombre.
—Y es el deber de las Verdugos terminar con las
entidades tabú sin contemplaciones.
Ellas servían como asesinas del Primer Estado, Las
Fausto, y cazan a estos peligros potenciales por cualquier
medio que sea necesario.
Siempre ocultas bajo las sombras-—este infame
título era la verdadera identidad de Menou.
—…Si de verdad no hubieras tenido ninguna
habilidad, no habría tenido que matarte. —Su silencioso
murmullo cargaba consigo un genuino rastro de modestia
ante la pérdida de esta esperanza.
Sin embargo, al final, él obtuvo una habilidad. Y, lo
que es más: En cuanto la activó empezó a expresar
abiertamente sus intenciones de Eliminar a los demás.
Este era el efecto secundario de poseer una Pureza
Conceptual y lo que las volvía tan inestables. El poder
absoluto viene con un absoluto desgaste en el espíritu de su
portador, arrastrando sus conciencias hacia la idea
primaria en la que se basa su Concepto. En poco tiempo, la
idea de Eliminar lo que sea se habría vuelto tan natural
como respirar, y lo más aterrador es que los daños
generados habrían estado a la altura de los Cuatro Mayores
Errores Humanos.
Menou sacó la daga del cráneo del muchacho y le
limpio la sangre.
Mientras contemplaba sus propios ojos en el reflejo
de la hoja-—recordó de repente el sueño que tiene todas las
mañanas.
Cada cuánto ella sueña con un aula de clases en
Japón, pese a que nunca había estado allá.
En su sueño veía a un montón de estudiantes con
ropas variopintas, pero ninguno se sentía fuera de lugar,
por alguna razón.
Era amiga de todos los de la clase-—y entre ellos,
estaba su mejor amiga.
Eran muy unidas. Esa chica la hacía sentir tan feliz
que solo por eso se daba cuenta de que estaba en un sueño.
Sólo conocía ese lugar llamado Japón porque le habían
inculcado el asesinar a su gente. Era un lugar que nunca
había visto. Un mundo que nunca podría tocar-—
Y desde hace mucho llegó a la conclusión de que ese
sueño era la encarnación de sus pecados.
La próxima vez que sueñe con Japón, estaba segura
de que habría otro miembro más en esa clase donde todos
llevan uniformes diferentes; un chico con su chaqueta de
instituto.
No había otro significado más allá de eso.
—En cuanto a esta otra chica-—
«Tengo que buscarla y poner fin a su vida…»
Así inicia el viaje de Menou, la Verdugo—la
sacerdotisa más pura de todas, quién decidió convertirse en
villana para salvar al mundo-—y su forma de vida…
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